¿En qué consiste la libertad?

[…]

Si una persona trata de mirar por sí misma, de no aceptar como bueno lo que se le ha dado prefabricado, se da cuenta de que esta noción, tal como se nos enseña, no tiene prácticamente sentido. Libertad no significa hacer lo que se quiere, en el sentido popular. Libertad quiere decir no estar condicionado, no estar limitado, no estar supeditado. No significa que porque una persona quiera ira a la derecha, vaya, porque lo que está por demostrar es si ese querer ir hacia la derecha es libre. No confundamos el “yo hago lo que quiero”, que es la versión popular, con la verdadera libertad. Uno puede estar haciendo lo que quiere, pero ese querer está, sin embargo, completamente, condicionado. De ahí la eficacia de la publicidad. Se sabe seguro que gastando unos millones de pesetas la gente “querrá” comprar una cosa y no otra. La gente tiene la sensación de que usa su libertad, pero ésa es una sensación gratuita.

La libertad solamente tiene significación cuando se puede actuar sin estar condicionado. Pero nosotros estamos condicionados, nuestra propia naturaleza es un condicionamiento. El único modo de que podamos ir librándonos de este condicionamiento es aprender a actuar desde el punto donde no existe condicionamiento. A medida que vamos elevando nuestro nivel de conciencia, nos acercamos más y más a la Causa. Entonces vamos viendo que la libertad no tiene nada que ver con el hecho de hacer o no una cosa. La libertad sólo quiere decir que al hacer algo, lo haga como una expresión total y perfecta de mi ser. Que no hay nada que me obligue, que me condicione. Que no haya nada que cause detrimento a algo en mí, es decir, cuando el hacer equivale a un acto total de nuestro ser. Esta libertad total solamente es concebible en el Absoluto. Pero en la medida en que nosotros podemos ir acercándonos a esto de alguna manera participamos más y más de esta auténtica libertad. Todo lo demás no es libertad.

  • ¿Cómo es posible que una cosa sea Dios?

R. – Hemos dicho que Dios está en todas las cosas que existen y que está haciendo que todas las cosas sean lo que son, y no otra. Cuando decimos que una cosa, un objeto, es Dios, esto puede ser cierto y puede ser falso. Es cierto cuando intuimos que la única realidad que está allí es Dios. Estamos completamente equivocados si creemos que es Dios el objeto concreto y particular que estamos percibiendo. Se entenderá mejor si intuimos lo que es el alma de las cosas. Esto puede ayudarnos porque tenemos una noción de alma que, aunque es más o menos confusa, al menos nos es familiar. Entonces, concebir a Dios como alma de cada cosa, como alma de toda sustancia, de todo ser y de todo funcionar, nos acerca en cierto sentido a esa noción.

Sin embargo, lo importante es ver las aplicaciones que esto puede tener para nosotros. No tratamos de filosofar. Se trata de algo fundamental, porque nos atañe a cada uno de nosotros. ¿Hasta qué punto la conciencia que tenemos de nosotros es nuestra? ¿Hasta qué punto está Dios metido anónimamente en esa conciencia? La noción que tenemos de nuestra personalidad, de nuestras cualidades, de nuestra inteligencia, ¿hasta qué punto es nuestra, o hasta qué punto es Dios, disfrazado, por así decirlo, con el ropaje de nuestra personalidad, de nuestra realidad? Esto es lo que debemos tratar de entender.

No se trata de un Dios objeto de un conocimiento más o menos curioso, sino que está en juego nuestra misma noción de ser, nuestra misma noción de autenticidad, nuestra noción de valor. Si se trabaja en esto que sugerimos, sin que todo ello quede sólo en un juego de ideas, entonces se irá descubriendo la fabulosa riqueza que representa en nuestra experiencia el abrirse a esa Presencia. Se descubrirá que es una fuente de transformación, en cuanto a percepción y valoración, de nosotros mismos. Además, siendo fuente de transformación de nosotros mismos, automáticamente lo es de todo lo que percibimos y valoramos.

Antonio Blay Fontcuberta. “Caminos de autorrealización”. Editorial Cedel. Barcelona. 1983.

6 comentarios en “¿En qué consiste la libertad?”

  1. La libertad en un sentido popular parece llevada al extremo de llevar una vida de diversiones sin consecuencias, sin ahondar en relaciones auténticas, sin ataduras y la Libertad no tiene sentido desde el vacío existencial. Esta visión es enriquecedora y solo puede darse estando despiertos. Por otro lado el concepto de Dios como el alma de todas las cosas lo hace más cercano para poder relacionarnos sin que sea infinito y abrumador. Gracias

  2. Cuando pienso en la libertad siempre me pongo ante la disyuntiva de si soy capaz de hacer lo que considero que debo hacer, aunque esto me costara una gran incomodidad.

    1. Es que la libertad no se ejercita pensando sino actuando. Y cuando actúas ves claro lo que tienes que hacer y asumes las consecuencias de tus actos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio