Gracias a este principio, tal vez podamos entender ese poder que tantas veces se ha manifestado en la historia por parte de figuras excepcionales, el poder de curar, de transformar las cosas, todos esos poderes que tienden a ser rechazados por la mente limitada a los dotes puramente sensoriales.
…
¿Qué hemos de hacer para aplicar este principio?
Básicamente, lo primero es descubrir la ley por la cual mi tono mental tiende a atraer todo lo que esté de acuerdo con él. Mi forma mental tenderá a materializar lo que corresponda a esta forma. En primer lugar, yo he de creer que esto es así. ¿Y por qué he de creerlo? ¿Por qué interviene este factor creencia, que nos hace recordar la sugestión? Porque, al creer, nos ponemos en contacto con este nivel de conciencia. Yo puedo creer que mi pensamiento tiene la capacidad de cambiarlo todo. Pero si yo no me pongo en contacto con esa Mente Universal, yo me quedaré con mi idea fija, y nada se modificará. Cambiará algo, sí, por este efecto personal, pero no se producirán cambios al exterior. ¿Por qué? Porque lo que actúa aquí no es el principio de la sugestión, ni la transformación del subconsciente. Todo esto es correcto, funciona, dentro de los niveles que hemos hablado de la mente subconsciente y consciente.
Pero aquí estamos en un nivel distinto, y en ese nivel actúa la toma de contacto con un campo de realidad distinto de los que es nuestra mente consciente y subconsciente. Es aquello que se conoce en varias tradiciones, especialmente la cristiana, como fe. “Si creéis, todo os será posible”, “Pedid lo que queráis, pedidlo creyendo que lo recibiréis, y os será dado”, “Hágase según tu fe”. Constantemente hay este creer. Esta fe no consiste en una sugestionalidad en la que, por ingenuidad, uno diga sí a todo lo que le ofrezcan. Se trata, más bien, de un reconocimiento intuitivo de que estamos en un universo inteligente y que mi inteligencia se pone en contacto con esa Inteligencia. Y que esa Inteligencia está queriendo y pudiendo materializar lo que yo pido. Por tanto, es sobre esta base de comprensión y aceptación que yo he de basar mi fe, sabiendo que estoy pidiendo una cosa que ya existe en el mundo de las causas, no en el material, pero que, gracias a esta aceptación, se trasladará, se materializará en el mundo físico.
Creatividad y Plenitud de vida
Antonio Blay
Editorial Iberia, 2008